Una sombra amenazante ronda,el cielo se cubre y se quiebra,los truenos desgarran el firmamento, las nubes se deshilan y se desflecan, cantos de llanto irrumpen el aire.


Palabras silenciosas sofocan,gritos solapados se ahogan,mirada baja, rubor en la cara,la boca acalambra, los ojos sollozan,los dedos se crispan, el cuerpo tiembla.


Vientre acosado, cuerpo hostigado,mariposa desvirgada y deshonrada,tierra desflorada y profanada,ropa deshilachada, el silencio zurce el encaje mancillado.


Astillas de represalias, el rostro disfraza,abundante maquillaje, las moraduras camufla,mangas largas y escote sellado,velan las estelas de la piel rasguñada,surcos y desconchados agrietan el alma.


La mirada se pierde en el horizonte infinito,cálida mañana abre los párpados,con un blanco perfume de esperanza,una mano salvadora se asoma a la ventana,el sol bebe los arroyos y seca las lágrimas.


El gemido de la guitarra enmudece,la brisa dispersa las heridas,los árboles mecen los suspiros,y de nuevo las gotas del rocío deslizan,sobre el tallo resiliente de la vida.


Esther Coïa

29 de noviembre de 2020

Publicado en: Los socios escriben

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