Todos los años por estas fechas se plantea en mi pueblo, Sagunto como sabéis, una gran duda que afecta a muchos. Podría pensarse que es una cuestión menor, pero no lo es a mi entender.


La Cofradía de la Purísima Sangre, responsable y organizadora de la Semana Santa Saguntina, cuya antigüedad data de varios siglos, pues se remonta al sigo 15, tiene en sus estatutos vetada la entrada de cofrades femeninos en la misma.


Y todos los años se repite la situación. Un grupo de mujeres lideran la solicitud de otras muchas que desean participar con plenos derechos como ‘cofradesas’ en todos los actos religiosos, litúrgicos, artísticos y populares que en la Semana Santa saguntina se celebran.


Este año ha habido un referendo en que el resultado ha sido un ‘no’ a la participación de las mujeres en los actos de la Cofradía.


Pueden adoptarse diferentes alternativas, dicen, como podría ser crear ellas su propia y exclusiva cofradía. A lo que, según me dicen, ellas se oponen: no es lo mismo ser cofradesa de una cofradía creada en 2022, que en una creada antes de 1492. No es lo mismo partir de cero en cuanto riqueza de pasos que compartir toda la riqueza e historia de la cofradía varonil ya existente. En fin, que no es lo mismo.


Yo, que me hecho mayor sin llegar a ser sabio no tengo la solución (haría falta un Panoramix druida de la aldea gala de Petibonium, con su sabiduría y el secreto de la poción mágica), pero sí tengo mi opinión.


Pienso que más pronto que tarde las mujeres entrarán en la cofradía, y mejor es dándoles una bienvenida alegre que con el ceño fruncido. Lo que tiene tanta historia de tantos siglos bien puede cambiarse para acoger savia nueva que, además, es rica en ideas, imaginación y proyectos. Seis siglos dan todo el lustre del mundo, quizás sea el momento de abrir una nueva etapa que, sin duda, será enriquecedora para todos.


Sería no sólo una decisión justa, sino también generosa y llena de grandeza, y en este aspecto los saguntinos ya tenemos un lugar en la historia.


No creáis que es mi opinión solamente. Este asunto lo he comentado hace unas noches con las socias de mi Club de Mujeres Ilustres (que preside mi querida amiga Rita Levi Montalcini) quienes me han aconsejado al respecto. Así ha ocurrido en el sueño que he tenido la noche pasada. No es cierto aquello que decía Calderón de la Barca que los sueños sueños son. No es cierto. Los sueños son el cemento con que se construye el futuro, y esto Calderón no lo sabía.


Y ésta es una cuestión en nada menor.


Bueno, queridos amigos ‘cosistas’ ya parece que la primavera está aquí.


Y no penséis que me he olvidado de Ucrania. La tengo en mí pensamiento y en el corazón.


Un abrazo abrazo a todos.


Paco

18 de abril de 2022

Publicado en: Los socios escriben

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