Esther Coia nace en Hellín, provincia de Albacete en 1967. Su pintura es el reflejo de su propia personalidad, sin influencia artística. Se impone como una evidencia que se revela a través de las formas y los colores.
Su temática se desarrolla en base a la expresión femenina cargada de sensibilidad. Sus fondos, con colores luminosos y radiantes del sur de su país, se destacan del tema central. La espátula es su instrumento predilecto para la composición de los fondos, creando el movimiento y la atmósfera.
Integra la figura femenina como fuente de inspiración, el lenguaje de la verdad, la sencillez, la humildad o el perdón, las emociones más profundas y sutiles que destruyen los prejuicios y las convenciones sociales, despojando las imposiciones que provienen del exterior evitando las máscaras que esconden la verdadera identidad humana.
A través de cuerpo desnudo busca definir una identidad personal basada en sus valores y sus ideales. Esther se define ante todo como colorista, fomentando un equilibrio y armonía entre sus valores y las formas y colores de sus creaciones.
Enamorada de la escritura, ilustra los temas de sus pinturas con los poemas que compone.